mu2015

Flamenca Touch: Top sonidos 2015

diciembre 31, 2015

¿Llegas de nuevo este año? Bien. Como ya expliqué en la edición anterior, esto va más de la experiencia personal que del rigor crítico. Que nos tira lo que nos tira y que no hay nada más aburrido que el blog impersonal. Pero se da una paradoja con respecto a 2014: nuestros favoritos son bastante consensuados con los de buena parte del público afín. Pero el producto final es el que cuenta, y si Grimes, Jamie XX o Björk son quienes más nos han tocado la fibra, no íbamos a hacerles de menos. Aún así algún hallazgo encontraréis, acompañados de hooliganescos comentarios que son todo ganas de que compartáis con nosotros vuestro entusiasmo. Bueno.

Top Discos:

Art Angels (Grimes, 2015)

Porque sí. Porque la saturación de capas, un desprecio a la construcción progresiva y un reducido interés por filtrar esos sonidos emocionantes pero baratos es lo que el pop que más nos represente debería llevar con orgullo. Porque no hay por qué esconder las influencias caleidoscópicas y artificiales de nuestra cultura ídem. Y sobre todo, porque esa agresividad cute es lo que mejor puede definir nuestra experiencia a la hora de buscar sonidos pegadizos en esa parte del mainstream del que acá se dialoga. Lo tienes en Venus Fly, la canción que hace a medias Claire Boucher con Janelle Monae y que podría haberle robado el puesto de himno veraniego a Lean On de haberse escuchado antes. También, por supuesto, en Kill V Main, una de las canciones más energizantes de los últimos tiempos. Y en general, en un álbum de melodías que para la crítica ha sido visto como el perfecto disco pop de probeta y que para mí se convierte en un fichero de temas que irán fluctuando su apreciación en cada uno de nosotros dependiendo del momento en el que los escuchemos (sí, hasta la acaramelada Easily es defendible). Grimes demuestra que no tiene ningún miedo de desprenderse de su trance y ponerse ordinaria porque de lo que se trataba aquí es de ampliar el registro a un Yo extrovertido tan preñado de identidades como, lógicamente irregularidades. Tal vez una única constante: una feminidad soberana.

In Colour (Jamie XX, 2015)

¿Qué decir del disco que más he escuchado en 2015 según datos de Spotify? La discoteca imaginaria, las chicas lastimeras y la promesa final de un futuro mejor. Desde darle un poquito de vida y bajo a una canción de The XX como es SeeSaw hasta la declaración de amor más genuina (posiblemente a la pista de baile) que es Girl. Sí, ya sabemos, un tsunami de nostalgia que nos precipita contra la orilla de la música británica de tiempos pretéritos. Lo que quieras. Jamie XX es un melancólico superclase que echa de menos un mundo que conoce sólo de oídas, de archivos viejos encontrados en la tele o en Internet y de los que sólo son ciertas líneas y fragmentos las que al final le interesan, y eso conecta perfectamente con la forma de relacionarnos con la cultura de buena parte de los jóvenes. Smith sabe también que hoy en día las cosas no pueden ser como antes y de ahí el frío y el calor de este disco que ravearemos los millenials desde el escritorio. Ah, y los que dicen que Smith no sabe crear nada original bueno sino sólo re-construir con piezas que ya estaban en el tablero… es que igual aún no se han enterado de qué va la cosa.

Garden of Delete (Oneohtrix Point Never, 2015)

La irrupción del último minuto y, de nuevo, lo que tiene ponerle un ritmo y voz a tus canciones (y densidad, y un poquito de narrativa para que los demás podamos empatizar). Un artista que me venía continuamente recomendado y que siempre se me hacía demasiado difuso (por no decir aburrido) se ha marcado un encaje de texturas que es puro gas de la risa y que sólo habría podido mejorarse si la mismísima Hatsune Miku fuese la cantante oficial del tema Sticky Drama. Junto con Holly Herndon, el único artista que me da esperanzas en que esto del vaporwave se convierta en una vertiente musical interesante. Y que viva la zapatilla rusa.

Vulnicura (Björk, 2015)

Y mientras en el caso anterior defendíamos como algo positivo salirse de la abstracción, algo tiene el particularísimo e insondable universo de Björk que hace que su ethos nos emocione. No vamos a descubrirle a la islandesa a nadie a estas alturas, ni tampoco que es su mejor disco en mucho tiempo. Pero la diva de la vanguardia ha vuelto y hemos de rendirle la misma veneración que pide desde sus letras y que le ha rendido Arca en el acompañamiento instrumental del disco. Esa voz y coro de violines que fluyen en un discurrir primero impredecible y luego completamente lógico. Esas salidas de tono que no lo son. El abismo está ahí, a un tropiezo, y la orquesta te anima a que te hundas. Black Lake es donde vas a colapsarte. Qué ruptura más estupenda.

Sometimes I Sit and Think, and Sometimes I Just Sit (Courtney Barnett, 2015)

Aquí no le damos puntos extra al blues pero sí al garage-rock noventas formuláico pero bien resuelto. Unas letras que se hacen notar, que casi bombardean a esos oídos con poco interés en la lírica. Ayudado, claro, por una voz con una cadencia con la que puedes sentirte representado. Tu Neil Young particular. Esta chica bendecida con la mirada del tigre también tiene el carisma. Cínica, divertida, derrotista. La nueva vecina de Depression Town elige los sujetos de sus versos con la misma habilidad que lo hace un creador de novela gráfica costumbrista. Con las raciones justas de positividad para no rajarnos las venas. Juntarlo todo y hacerlo bonito para un debut que huele a futuro. O por lo menos así lo quieres creer, que ahí está Kim’s Caravan. Pero bueno, tampoco te hagas demasiadas ilusiones. Alégrate pero flojito.

Chemicals (The Shoes, 2015)

El dúo más conocido por ser los del videoclip aquel en el que Jake Gyllehaal hace de psicópata enfebrecido hacen para su tercer álbum que eso del electro-rock quede más difuso que nunca. Tras las malas críticas de Crack My Bones Guillaume Brière y Benjamin Lebeau se ponen las pilas y se decantan más por el lo electrónico, territorio donde ofrecen la misma (escasa) inventiva que en la música de guitarras pero en el que saben jugar mejor sus cartas. Como Jamie XX, The Shoes también reacondicionan a su esencia los tropos de cada género cazado (entre ellos hip-hop, EDM, jazz o shoegaze), acomodándolos a un sonido con texturas muy actuales para llevarlos a algo que va más allá del retro. Una interpretación personal muy radio-friendly  de la música que les marcó para crear un catálogo de muestras de lo que podrían hacer de elegir cada camino. Si amas la variedad y el temazopor encima del concepto, te gustarán. Agresivo, in your face, Chemicals deja claro que aún no lo han logrado, pero que hay que tenerles presentes. Excusándote en la borrachera, o más bien cuando no te vea nadie, pero está claro que vas a bailar.

Mejor EP:

The New International Sound Part. II (GENER8ION + M.I.A. 2015)

Por supuesto que M3LL155X de FKA Twigs es el mejor EP de esta temporada (de hecho, nos encanta que se haya vuelto más masticable), pero qué sería de este blog si no diésemos espacio a esas otras cosas importantes. Surkin, el productor francés detrás de GENER8ION, ya había explicitado todo lo que puede dar de sí el stadium nostálgico, mirando para esa USA (país y álbum) donde el Chicago house y el Miami Bass pastaban a sus anchas. Cientos de sampleos old school combinados por otro EdBanger más que se queda a las puertas de imitar con precisión a Daft Punk por pisar demasiado el pedal de la stamina. Cuatro años han pasado del prisma de USA, y tras la espera (en fin, Advanced Entertainment System no fue todo lo que podía ser) nos hace un combinado de NES, Final Fantasy, el grito de guerra shaolin… y todo lo que importa. Ah, y también está M.I.A. por supuesto (además con su mejor videoclip de este año, mil veces mejor que Borders). Ellos siguen en el trallazo dignificado por el french touch, que sigue mutando aunque todo el mundo ya se haya olvidado de qué era aquella cosa.

Mejores Descubrimientos:

20syl

¿Quién es 20syl, supuestamente una cuarta parte de C2C? ¿Por qué está asociado a tantos artistas interesantes como King Krule o Oddisee? ¿Por qué todo lo que hay disponible de él por ahí suena tan bien y tiene toda la pinta de acabar en al menos un par de spots publicitarios para 2016? ¿Qué futuro le deparará a este misterioso productor que según Wikipedia lleva dando vueltas desde el 96? Ah, preguntas.

Gladys Palmera

Esplendor máximo haber descubierto a Gladys Palmera. Quien nos gusta, entre otras cosas, por lo acertadísimo de su nombre artístico (la fórmula mote más algo que suene así como tropical nos llama). Pero no, los méritos los tiene la cabeza de Alejandra Fierro. Su cabeza y su trabajo, tan extenso como su viniloteca, de la que farda cada vez que le piden una sesión de fotos (y a ver qué harías tú si tuvieses más de 50.000 piezas). Un puñado de selectores movidos claramente por el amor melómano suben a su web sesiones con una frecuencia que hacen su proyecto totalmente inabarcable. Esto convierte tus esporádicos asaltos a sus programas en streaming como un lujoso viaje a una ignota tienda musical rara a la que se va a bucear. Se goza. Aunque el abanico estilístico es amplísimo, predominan y destacan los sonidos latinoamericanos. Gladys y amigos cubren por eso un hueco del que nadie más (que nosotros sepanos) parecía preocuparse. Son trabajadores y libres. Es mucho más de lo que puede decirse de ti.

Matias Aguayo

Pues ahí está, el de El Sucu Tucu de la banda sonora de Gran Theft Auto, que es mucho más que un one hit wonder. Sonido introspectivo y tropical con mucha percusión, predominio de las voces (música religiosa) y un trasfondo de faux-reggaeton tranquilo y juguetón. ¿Puede haber algo bueno en el techno minimal? Pues no sé, pero hay ganas de verle en directo.

Mejor banda sonora:

Para nosotros Whiplash pertenece al 2014, aunque se haya estrenado este año en nuestro país. La música de Inside Out también nos ha conquistado, pese a su deje constante de música de comprar de Los Sims. Pero este año nos quedamos con It Follows. Tenía todas las claves, claro. Disasterpeace aka Rich Vreeland viene de la banda sonora del videojuego (del Fez, para ser exactos), y experimenta con los sonidos partiendo de esa base, es decir, mucho ordenador. Los habrá a los que les conquiste que Vreeland haya reversionado a Carpenter, cosa que tiene todo el sentido en una película como It Follows. No es nuestro caso. Nos gusta cuando se desvía de esto, se nos hace más fuerte en Pool que en Detroit porque el sinte corrupto está muy bien pero en pequeñas dosis. En fin, que Old Maid es el mejor exponente actual del sonido del fervor paranoide, y que cuando llevas 20 minutos del score casi te dan ganas de hacer voto de castidad. Suponemos que era la idea.

¿Y los videoclips?

No te preocupes. Como ya pusimos por Twitter, hemos confeccionado una lista de reproducción (no hay ningún orden de prioridad en la seleccion, e igual el mejor videoclip es el último de la compilación) para que eches un rato bueno antes de la cena de esta noche. La encuentras pinchando aquí.

Mejores Mixtapes:

Otros discos de este año que nos parecen bien:

Platform – Holly Herndon

DEATH MAGIC – HEALTH

Why Make Sense? – Hot Chip

Deaf Safari – Felix Laband

II – Metz

Goon – Tobias Jesso Jr.

To Pimp a Butterfly – Kendrick Lamar

Multi-Love – Unknown Mortal Orchestra

The Day is My Enemy – The Prodigy

VEGA INTL. Night School – Neon Indian

1983 – Kölsch

Sound & Color – Alabama Shakes

Pale Honey – Pale Honey

Pero espera, aún hay más:

En Flamenca Stone te cuidamos. Luego no cuentes por ahí lo contrario.

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