Flamenca Touch: Top sonidos 2014

diciembre 27, 2014

Hay un lugar común que siempre me ha parecido bastante curioso: que no hay nada más aburrido que escuchar los sueños de los demás. No sólo estoy totalmente en desacuerdo, sino que creo que debió de ser un error de aquel que lo dijo. Probablemente se refería a la música. Pero si con toda seguridad una de las mejores razones para mantener un blog es poder publicar listas de lo mejor del año, nosotros no íbamos a quitarnos este privilegio. Por eso lo que aquí aparece refleja no lo que ha tenido mayor calidad e importancia del panorama musical, sino lo que una y otra vez ha sonado desde nuestros reproductores, haciéndonos bailar en la pista y en la silla. Esta es nuestra experiencia de 2014. Tampoco aparece exclusivamente lo mejor de 2014, también se nos cuelan discos de 2013 y 2012 (discos de hace dos años, ¡habrase visto!), pero que hemos descubierto este año y que sigue siendo música muy reivindicable desde este punto de vista tan subjetivo que siempre es el disfrute puro. Dicho de otra forma, aquí hay Valores. Y una cosa es segura: si no te gusta al menos un artista de esta lista prefiero que no vuelvas a visitarme. No me dirijas la palabra. Tolerancia cero con los perdedores.

Top discos:

Awake (Tycho, 2014)

Awake no es tan buen disco como lo pudo ser Dive en su momento, revelación de 2011, pero estos chicos de Ghostly International siguen sabiendo defender ese universo sonoro propio, de detalles coloristas y tono preciosista que no tiene nada que envidiarles a Boards of Canada ni a Tortoise. Del ruiseñor a la niebla, del trote al efecto bokeh, las guitarras devenidas en techno de Tycho alardean de nuevo de su nana cálida de algún modo terrestre. En el fondo tú también lo sabes, aunque See es el indiscutible single de este disco, es Apogee a partir del 1:15 la que se convierte en un digno contendiente a entrar a tu lista de posibles ending credits de la película de tu vida. Bosques portátiles para habitaciones expansivas. Arrullos ambientales para oídos melancólicos.

No Mythologies To Follow (MØ, 2014)

Es como un chicle, como un dulce de baja intensidad pero de juego constante, su misma frecuencia simbólica. Hay xilófonos, hay una trenza, hay un pop como de playa nórdica y personalidad esquiva, haciéndose de rogar y pidiendo más de una escucha hasta que nos convenzamos de que aquí había algo nuevo. Nos pasaba esto al ver su videoclip de debut, con todas aquellas gimnastas virginales e insulsas que parecían haber sido retratadas por el director de fotografía de Yorgos Lanthimos mientras escuchas versos de amor, placer y venganza. Sus mejores cartas se desvelan sin duda en Maiden y Walk this Way, pero donde hemos comprendido el espíritu de la danesa heredera de las divas del escandipop es en el cover que sólo encontrarás en la versión deluxe de No Mythologies To Follow, el de Say You’ll Be There, el que fue el mejor videoclip de las Spice Girls. Igual AlunaGeorge se lleva la victoria en cuanto a talento y calidad, pero es a  y su electropop más RnB de plastilina a quien pondremos en la pista.

Racine Carrée (Stromae, 2013)

Además de por tener uno de los cuerpos más particulares de la música actual, Stromae nos ha cautivado con este resurgimiento de su carrera que es Racine Carrée, raíz cuadrada en francés. Es fuerte en Francia, Bélgica y Alemania, y no se explica cómo no tiene una mayor presencia mediática a nivel internacional si no es porque no canta en inglés. Pero entre lo fractal, lo caribeño y lo africano este dance del maestro reivindica en sus letras la lucha política y en el club la vuelta del eurodisco desde una nueva perspectiva más fresca. Muchos hits, para todos los gustos. Yo me quedo con Batard. El puñetazo en la mesa está dado, ahora, a mantener el nivel de asombro que nos ha trasmitido con su groove.

Wanananai (Za!, 2014)

Aunque sólo sea por el coraje. Cuando te dan algo que parece math rock en origen pero se pasea por el afrobeat, el rock latino o el funk de manera fluida y brillante, con una lógica interna única e hiperprecisa que te divertirá en inicio (Súbeme el monitor) y que lograrás desentrañar tras un par de escuchas para terminar moviéndote espasmódicamente como si los espíritus atávicos te hubiesen tomado. En Mr Reality te regalan una canción formuláica como a modo de demostración de lo que podrían ser y no son, pero lo trepidante está en Gran Muralla China, en Singapore Airlines, en recovecos de Cha Cha Cha… en todas partes realmente. No conocía a los españoles Za!, y de hecho los palos que tocan están completamente fuera del espectro musical que acostumbro, pero cuando encuentras algo tan puro cualquier barrera se rompe, para encontrarnos todos en la revolución. Son los mismos sentimientos que me produjo Battles en 2011, pero con el doble de eclecticismo. Y apetece.

CLPPNG (Clipping, 2014)

Sí, es una valla metálica como ruido sintético. Sí, es un intento de Sub Pop de recoger frutos sembrados por Death Grips y Flying Lotus por un colectivo con más ganas de experimentar que de ofrecer un trabajo cohesionado. Y sí, las rimas hacen que arqueemos la ceja. Los de Clipping, proyecto a seis manos que cuenta con el rapper Daveed Diggs y los productores William Hutson y Jonathan Snipes, conocidos en el circuito de electrónica y noise de L.A. (también arquitectos sonoros habituales de cine y los que le pusieron banda sonora a Room 237) dicen no querer ser identificados como noise-rap o industrial-rap, sino rap a secas. Una vez más, preferimos quedarnos con nuestra experiencia personal, que es la de tener ante nosotros un bonito disco mutante, de ira dulce y agradable y con unos sonidos muy únicos (si hicieran una versión instrumental de este disco los aficionados al noise le prestarían mucha más atención). Body & Blood es estupenda, y Get Up bastante divertida, pero la verdadera joya es Work Work y la insondable voz de Cocc Pistol Cree. Pero por favor, sáltate Tonight.

Centro Dramático Nacional (Biznaga, 2014)

Mis oídos amasados en el electro suelen disfrutar en esas ocasiones en que me llega un disco punk de hastío insolente y temas genéricos. Lo dice la vibrante voz de La Juana Chicharro en Máquinas Blandas, el single del disco: “El culto a lo personal es una trampa, la autonomía de la gente una falacia. Sana disidencia, rebeldía inofensiva. Redoble de conciencia teledirigida”. La vida es una mierda, más si eres joven aquí a este lado del no future castizo, y si para despertar la rabia plantas encima de la mesa diez dosis de velocidad, referencias a la cultura pop, castañuelas, riffs coquetos y guiños musicales al punk patrio más arquetípico conseguirás tu propósito. No innovarás, pero sí convencerás.

Tohu Bohu (Rone, 2012)

¿Qué pasaría si Hora de Aventuras se volviese más oscuro y más serio? Pues que con toda probabilidad su banda sonora oficial fuese este disco. A fin de cuentas, de baile raro, castillos deformes, ninfas del fuego y toneladas de épica (para Icare derrocha tanta que casi diríamos se pasa de frenada) es de lo que se sustenta el cuento-trance del francés Erwan Castex, bajo el sello InFiné. Comparte estilo con Amon Tobin, Trentemoller o Trent Reznor, pero mirando lo fantástico desde un mundo más infantil e ingenuo, tal vez por ello más poderoso. Además en este videoclip nos descubrieron a Dimitri Stankowicz, y en el teaser de su próximo proyecto, para febrero de 2015, a Liliwood. Por cierto, los galos usan la expresión tohu-hobu para referirse a aquellas cosas en estado de total confusión, de estímulos discordantes. Es o no es irónico.

Mejor EP:

The Phoenix (Pyramid, 2014)

Un disco house parisino respaldado por el sello Kitsuné, con la galvanizesca voz de Willy Wesly que nos recuerda que larga es la sombra de Chemical Brothers y con ese retrofuturismo tan perenne en el género, siempre como a punto de terminar por agotar su fórmula. En Astral está Kavinsky, en Lunar Ghost, Daft Punk. A esto añádele un par de remixes (Lifelike y Blende) y hemos terminado. El productor se puso en nuestro radar con el tema Black Road, gracias al que investigamos para descubrir que el músico era un amante del ambient y la ciencia ficción y que se encontraba circunstancialmente envuelto en el french touch (ha hecho tours con Crayon, telonero alguna vez de Phoenix y Yuksek). Es decir, que su sonido no es simple electro con una pátina futurista, sino que lo suyo es una nave espacial de lejanos mundos de Asimov que, como por accidente, ha sintonizado alguna radio francesa. ¿El resultado? Evita poner ese EP de nuevo.

Mejores descubrimientos:

Jackson and his Computer Band

Mi verdadero descubrimiento del año. Amor incondicional hacia este parisino de Warp desde la primera escucha de su fiesta del brillo vía el drive emocional. Su disco Smash de 2005 estaba detrás de lo que Justice y Sebastian revelaron al mundo entero en 2007, de sus sensibilidades por el giallo, el art-horror y el glitch épico, y parece necesario mencionar que al descubrir ahora a Jackson and His Computerband nos parece evidente que la escena francesa no habría sido para nada la misma si no hubiese bebido de su sonido (¿Pudo ser Arpeggio el origen de todo? ¿Tal vez Fast Life? ¿O fue Oh Boy?). Hay más: aunque en el citado disco de 2005 revelaba su estilo, ese que demostró que la senda de la electrónica era la del desenmarañamiento del beat personal, de la caza del sonido inconfundible, en Glow (2013) vuelve a innovar, aunque con más modestos resultados, lo que no quita que tenga uno de los videoclips más interesantes del año pasado y que toda su producción golpee de lleno en algo que identifico como la transmutación de esa adrenalina que despierta en mí unos sentimientos muy personales. Dicho de otra forma: fan sin remedio.

Tom Vek

En realidad, Luck, su disco de este año, puede verse tanto como un pop alternativo y pesado de múltiples e impredecibles giros, y también como un trabajo irregular, como otro pequeño fracaso en su carrera. Lo mismo le pasó en 2011 con Leisure Seizure, cuando el que era un talento en ciernes de la escena indie rock de mediados de los 2000 cayó en desgracia al mostrarle al mundo su esperado disco, defenestrado en gran parte por exceso de hype. También sabemos que lo suyo nunca fue intentar gustar a los demás. No, si Tom Vek merece entrar entre los grandes descubrimientos de este año, a nuestro juicio, es por su capacidad para hacerse valer como productor, en el estudio, en las manualidades que crea a partir de trabajos ajenos. De entre sus remixes brillan aquellos que llevan el indie al dance, como How Can You Swallow So Much Sleep de Mombay Bicycle Club (2012) o la oportunidad de bailar (un baile pocho, pero baile a fin de cuentas) con su revisión de Brooklyn Baby de Lana del Rey (2014), y también nos convence el rework de Strawberry Shake de Pop Levi (2012). Pero si nos tuviésemos que quedar con una sola pieza en la que ha participado este londinense sería con el apoteósico remix en clave dark de Breezeblocks de Alt-J (2013). Mi tema más escuchado de este año según Spotify, nada menos.

Mejor banda sonora:

Bande de Filles (Para One, 2014)

Grandísimas bandas sonoras este año. Entre las que cargan el peso en la selección del soundtrack están Saint Laurent, Eden, Only Lovers Left Alive o Fargo. De entre las que han mimado el score tenemos Perdida, Her, The Knick o Crypt of the Necrodancer. No gana Whiplash, frente a todo pronóstico, pero por los pelos. Se lleva la palma Bande de Filles.

Por un lado por esa sincronía con la que el productor Para One (oh sí, Jean-Baptiste de Laubier, el mismo de esta maravilla y de esta otra) envuelve toda la cinta, sus emociones, su riqueza synth y su tensión luminosa y glass y que como máximo exponente de este la tralla inicial que cimienta la inolvidable Neon. Por el otro esas tres joyas que en la película son tres piezas que pueden funcionar de forma independiente. Mucho se ha hablado del momento “shine bright like a diamond” del hotel en el que las chicas bailan al son de Rihanna. También de la escena en el metro en la que insolentes desafían las normas cívicas al ritmo del Wop de J. Dash. Pero para cuando aparecen los primeros acordes del Dark Allies de Light Asylum, para entonces, ya estamos totalmente perdidos.

Lo nuevo y lo viejo:

Porque si la crítica hace listas anuales de las mejores reediciones no veo motivos para no poner aquí los mixtapes repaso y celebración de lo mejor del hip hop de Krafty Kuts (2014).

Y por supuesto, también entra esto:

¿Y los videoclips?

Videoclip más espantoso para una canción tan bailable, el video musical que parece muy normal pero nos causa muchas disonancia del año y… ex aequos a mejor videoclip, este y este.

 

Mejores mixtapes:

 

Otros discos de este año que nos parecen bien:

You’re Dead- Flying Lotus

Our Love – Caribou

Wonder Where We Land – SBTRKT

Syro – Aphex Twin

Reachy Prints – Plaid

21 Again Collaborations – Mouse on Mars

Kitsuné Maison Compilation 15: The Sweet Sixteen Issue

Run The Jewels – Run the Jewels 2

In Conflict – Owen Pallet

Rips – Ex Hex

White Women – Chromeo

L’Aventura – Sébastien Tellier

Green Language – Rustie

 

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